7.6.12

II montanera, 20 km con Arnotegi, Pagasarri, Ganeta, Arraiz, Kobetas


Voy a participar a este carrera el 17 de junio, solo o puede ser con companeros de mi club si son bastante locos para venir acompanarme.

5.6.12

Como destruirse...o como tener dolores de rodillas para olvidar las de su corazon !!!

Tenia el dorsal, no queria hacer la con mis problemas de rodillas, pero para olvidar otros problemas dicidi dos dias antes, de ir hacer este 100 km de montana muy duro.

Despues haber recogido mi dorsal en Araia y despues un poco de descanso, llegamos con el bus de la organizacion a la salida. El camino en coche desde Bilbao había sido muy tormentoso, el calor del viernes había provocado una gran tormenta eléctrica y los rayos iluminaban el cielo. Es más al poco tiempo de llegar, la tormenta se fue acercando y comenzó a llover muy fuerte. La organización no paraba de repetir que en Gorbea estaba lloviendo y que hacía mucho viento, así que estábamos todos un poco asustados. Por fin, realizamos el control de salida, ya solo quedaban unos minutos para la salida y había parado de llover. A las 00:00 se dio, puntualmente la salida.


Como se observa, ya desde la salida se corría muy fuerte. Esto quedó reflejado en el tiempo que marcamos en la cima de Gorbea 1:41:49 sobre un tiempo mínimo de 1:15. La bajada hasta Ubidea también fue muy rápida 2:55:39, el estado de las pistas permitía correr mucho y mantener un ritmo alto. Al control de Otxandio llegamos a las 3:22:10, 10 minutos más tarde estábamos de nuevo, corriendo.
El avituallamiento en el frontón de Otxandio era magnifico y la cantidad de gente que había animando a esa hora era increíble, muchísimas gracias a todos por vuestro calor. Ahora comenzaba el tramo hasta Urkiola, era un tramo que no conocía y que me pasó factura. El tramo transcurría por una pista ancha en el interior de bosque frondoso, no conseguía coger un grupo, estaba sin ritmo y no podía acomodarme al de los demás, lo que poco a poco fue hundiendo moralmente, de vez en cuando intentaba correr y no tenía ganas, no estaba cansado, estaba sin ilusión. Y pronto empezaron a aparecer todos mis fantasmas, uno se tiene que enfrentar en estos momentos a todos sus miedos, es una situación mezcla de real y de irreal, fruto del cansancio pero está pasando. Debes controlarla y afrontarla, cada uno como puede, en mi caso intentando correr o andar más rápido. Por fin, como si se tratara de una aparición aparecieron unas luces al fondo del túnel. Era el control de Urkiola  estaba salvado. Cuando llegué al control había mucha gente animando y aplaudiendo, debía tener una cara de susto tremendo que casi me tienen que ayudar a coger agua. Ya estaba en Urkiola ya de la inercia hasta Landa, había perdido mucho tiempo en el bosque pero lo había dejado atrás, ahora solo quedaba mirar adelante, objetivo Anboto.




Ya camino de Anboto me junte con el que a la postre fue mi compañero de viaje, de ilusión y de ánimos. Comenzamos progresando juntos cerca de Anboto y casi llegamos juntos a Araia, si no llega a ser por mis tiernos pies. Pasamos junto a la fuente de mineral de hierro, me limpie las manos pegajosas por los geles y pegué un gran trago de agua, ese sabor me devolvió de pronto a la infancia y a momentos muy especiales con los míos, esto me recobró definitivamente la estabilidad.




Para mi Anboto es la montaña entre la montañas. Anboto es una montaña que se debe querer y sobre todo respetar y cuidar, quien intenta imponer su autoridad ó le pierde el respeto lo acaba pagando, algunas veces con su propia vida. La subida la hicimos en un grupo compacto muy potente y enseguida estábamos en la cima, eran las..... El descenso fue de uno en uno y con precaución pero realmente bastante rápido pero siempre con seguridad y en ningún caso poniendo en riesgo la vida de los demás. Desde el control de Zabalandi, las vista de Anboto con todas las frontales encendidas era todo un espectáculo.


Desde aquí a Landa, pasando por Orixol y cruce Jarindo. La última bajada hasta el avituallamiento es tremenda y bastante mala para mis rodillas En el avituallamiento, estuvimos 30 minutos entre cambiarme de ropa, asearme los pies y comer algo.  Quizás demasiado, pero eso cada cual debe valorar el riesgo que asume, todos sabíamos de la dureza del último tramo. Reanudamos la marcha, este inicio de tramo era nuevo para mí, se nos hizo eterno llegar al primer molino. Mi compañero de viaje, tras compartir un sabroso plátano conmigo decide estirar un poco y me anima a que prosiga, así lo hago y comienzo a correr y no paro prácticamente hasta el control de Urbia, donde nada más llegar soy alcanzado por mi compañero. Ya solo queda superar juntos Aizkorri, menudo ambiente en la cima, la gente es increíble animando y apoyando, realmente te suben en volandas.



Pero la bajada, se me hace más dura que la subida, mis rodillas no aguantan, no consigo seguir el ritmo de mi compañero, no puedo hacerle perder más tiempo, el va mejor y no debe bajar el ritmo. Estos últimos cuatro kilómetros se me hacen eternos, por fin llego a Araia, a la entrada de una de las calles principales. Realmente alucinante, menudo ambiente había en Araia. Termino en 19:02 horas.


Estoy muy cansado, ha sido un esfuerzo tremendo físico y mental. 
Las piernas todavía está un poco cansadas pero tengo las rodillas fatal, y finalmente siempre el corazon muy mal .